Timo Boll, nacido el 8 de marzo de 1981 en Erbach, Alemania, es considerado uno de los mejores jugadores de tenis de mesa de todos los tiempos y el más destacado de su país. Zurdo y con empuñadura shakehand, se caracteriza por un estilo de juego versátil, basado en el control, la colocación y una capacidad excepcional para generar efecto. Su inteligencia táctica y su capacidad de adaptación frente a cualquier rival le han convertido en un referente dentro y fuera de la mesa.
A lo largo de su carrera, Boll alcanzó el número uno del mundo en 2003, 2011 y nuevamente en 2018, convirtiéndose en el jugador más veterano en lograrlo con 37 años. Ha ganado ocho títulos individuales del Campeonato de Europa, varias ediciones del Top‑16 europeo y dos Copas del Mundo, además de numerosos títulos por equipos con el Borussia Düsseldorf y otros clubes.
En el escenario internacional, participó en siete Juegos Olímpicos consecutivos desde Sidney 2000 hasta París 2024, logrando dos medallas de plata y dos de bronce en la modalidad de equipos. En los Campeonatos del Mundo obtuvo varias medallas, incluyendo dos bronces en individual, demostrando una constancia extraordinaria en la élite durante más de dos décadas.
Más allá de sus resultados, Boll es admirado por su carácter humilde, su comportamiento ejemplar y su influencia positiva en el tenis de mesa. En China, una de las grandes potencias del deporte, es conocido con cariño como “Uncle Boll” y cuenta con una enorme base de aficionados que le han seguido durante toda su trayectoria.
En 2024 anunció su retirada de la escena internacional después de los Juegos Olímpicos de París, y en 2025 puso fin a su carrera profesional tras una emotiva despedida en la Bundesliga. Su legado va mucho más allá de los títulos: Timo Boll es un icono que ha inspirado a generaciones de jugadores y que seguirá siendo un ejemplo de talento, dedicación y pasión por el tenis de mesa.