Los robots de tenis de mesa son como el sparring que nunca se cansa, nunca protesta y siempre te devuelve la bola… o te la lanza con todo el efecto que le programes.
Desde modelos sencillos que disparan bolas rectas a máquinas avanzadas capaces de simular saques con efecto lateral, topspins endiablados o cambios de velocidad aleatorios. Pueden ir con tablets donde puedes configurar la combinación de lanzamientos, según posición, velocidad y efecto.
No hay reglamento sobre ellos porque no participan en competición, pero cuidado: algunos jugadores que entrenan demasiado con robot acaban “leyendo” solo a la máquina y luego se sorprenden cuando un rival humano les devuelve una bola extraña… y encima les mira mal.