Juego corto vs juego largo: cuándo usar cada uno


El juego corto es como una partida de ajedrez: paciencia, precisión y mucha cabeza. Aquí lo importante es mantener la pelota baja y cerca de la red, usando pushes cortos y saques bien colocados, e ir variando su dirección. Esto frustra al rival y le obliga a levantar la bola, dejándote una oportunidad para atacar.

En cambio, el juego largo es pura ofensiva: topspins potentes, bloqueos activos y contraataques. Es ideal para jugadores que confían en su velocidad y quieren mantener la presión.

Los mejores jugadores mezclan ambos estilos: empiezan corto para incomodar y, en cuanto ven la oportunidad, cambian a largo y rematan. Si solo juegas de una manera, te volverás predecible. Combinar ambos mundos es lo que marca la diferencia.